
Si queremos disfrutar de los paisajes de gran belleza en los que se rodaron las mejores películas del Oeste, tenemos que visitar el desierto más grande de Europa, en Tabernas – Almería.
Tras los pasos de Sergio Leone, quién revolucionó el western con su Trilogía del Dólar, recorreremos el sendero del cine, empezando por el Oasys MiniHollywood dónde en 1964 mientras filmaba ¨Por un Puñado de dólares¨, surgiría la idea de crear un poblado del oeste en el que el afamado director, comenzaría a rodar en 1965 ¨La muerte tenía un precio¨, en unos decorados minuciosamente cuidados hasta el mínimo detalle y encuadrado en un perfecto paisaje western, dónde en la actualidad se siguen rodando importantes películas, spots publicitarios, series y videoclips, consolidándose como gran punto de interés para cualquier turista que visite la provincia.
Bajando por la rambla que sale del MiniHollywood, nos encontraremos con el Tablero y los llanos del Duque, dónde los amantes del spaguetti western podrán recrear la secuencia más característica de ¨El bueno, el feo y el malo¨, dónde Tuco (Eli Wallach), le dice al Rubio (Clint Eastwood) : ¨El mundo está dividido en dos partes, amigo. Los que tienen la cuerda al cuello y los que la cortan¨.
El acceso es un poco difícil, ya que está ubicado en el saliente rocoso de la Rambla Otero, por lo que recomendamos precaución, pero no por ello dejaremos de invitarles a disfrutar de los preciosos paisajes que el desierto de Tabernas nos ofrece, dónde también se han rodado las secuencias más impactantes de Lawrence de Arabia, Indiana Jones y de otras producciones más modernas como Juego de Tronos.
A unos pocos kilómetros entre las desérticas montañas de la Sierra de Alhamilla, se abre la garganta dónde se rodó el Valle de los Dioses y Reyes en Éxodus, en el 2014, y ya de vuelta en el MiniHollywood, nos sentaremos en el actual Saloon Yellow Rose, dónde en 1966, en ¨El bueno, el feo y el malo¨, Tuco intentó capturar al Rubio, preparándole una emboscada mientras estaba alojado en el Hotel, y de la que gracias al sonido de las espuelas de los malhechores, Clint Eastwood conseguiría salvarse.
No podremos abandonar este decorado sin antes habernos detenido a comer en el buffet Arizona, para coger fuerzas y continuar con nuestra visita al emblemático viejo oeste.